BIBE NUK SILICONA FIRST CHOICE L 6-18 MESES 3
Biberón First Choice 300 ml Silicona NUK 6-18 meses
Biberón First Choice 300 ml Silicona NUK 6-18 meses
- No contiene sustancias nocivas; sin olor y sin BPA.
- Cuello ancho para facilitar el llenado y la limpieza.
- Tetina de silicona con forma anatómica exclusiva que se adapta perfectamente a la mandíbula del bebé, de 0-6 meses, M (orificio mediano = leche) y de 6-18 meses, L (orificio grande = alimentos espesos).
- Con sistema de ventilación NUK ANTI-COLIC AIR SYSTEM mejorado que ayuda a prevenir los cólicos.
- Incluye anillo de rosca, disco de cierre y tapa protectora.
- Capacidad 300 ml.
- No contiene sustancias nocivas; sin olor y sin BPA.
- Cuello ancho para facilitar el llenado y la limpieza.
- Incluye una tetina de látex con forma anatómica exclusiva que se adapta perfectamente a la mandíbula del bebé, de 0-6 meses, M (orificio mediano = leche)
- Con sistema de ventilación NUK ANTI-COLIC AIR SYSTEM mejorado que ayuda a prevenir los cólicos.
- Incluye anillo de rosca, disco de cierre y tapa protectora.
- Capacidad 150ml
ACCIÓN Y DESCRIPCIÓN
Se debe elegir un biberón con una tetina adecuada a la edad, tamañ o, características fisiológicas y preferencias del bebé, ya que de ello dependerá el grado de aceptación del biberón, la calidad de la succión y el correcto desarrollo maxilar y del paladar.
- Hay que asegurar que el flujo de agua, leche o alimento es el adecuado. En ningún caso es recomendable aumentar el tamañ o del orificio, ya que con ello, se suprime la sensación de cansancio (necesaria para la saciedad del lactante) y se favorece el desarrollo de malas digestiones, con vómitos y dolores abdominales.
- Hay que tener especial cuidado con el estado de conservación e higiene, esterilizándolos periódicamente y renovándolos cuando sea necesario.
- El biberón debe ser preparado ajustando las proporciones de leche y agua a las dosis prescritas por el pediatra o según lo especificado por el fabricante. Los biberones demasiado concentrados pueden provocar síntomas de deshidratación y problemas en la digestión, mientras que los diluidos en exceso no alimentan adecuadamente.
- Cuando el niñ o no agote completamente el contenido del biberón, debe tirarse el sobrante. Tampoco debe recalentarse la leche ni dejarla a temperatura ambiente durante más de unos minutos.
- Después de cada toma, hay que lavar el biberón inmediatamente ya que la leche es un excelente medio de cultivo para las bacterias.
PRECAUCIONES Y ADVERTENCIAS
Los biberones deberán estar provistos de una escala de volumen en mililitros.
La precisión de las medidas señ aladas en un biberón es importantísima: ya que, si no se mantiene la proporción de agua y polvo de leche se puede provocar una carga demasiado elevada sobre el riñ ón del lactante, o se puede estar dando demasiada agua con respecto a la leche que realmente contiene un biberón.
Esto también ocurre si se añ ado el polvo mal enrasado: RECORDAR "Usar la medida que se incluye en el paquete o bote de polvo, bien enrasada y no colmarla".
Riesgos de la alimentación con el biberón:
1. Aerofagia: Durante la toma, el biberón debe mantenerse bien inclinado para evitar que el bebé ingiera un exceso de aire que podría provocarle fuertes dolores cólicos.
2. Quemaduras: En ocasiones, sobre todo si se utiliza el microondas, el cuerpo del biberón no se calienta, pero el contenido puede estar próximo a la ebullición. Se debe comprobar la temperatura de la leche o papilla antes de administrárselo al neonato, para evitar provocarle quemaduras.
3. Problemas afectivos: Nunca se debe privar al bebé de los aspectos afectivos positivos que posee la lactancia materna. Por ello, es importante que mientras se da el biberón, se potencie con palabras, besos o caricias la relación afectiva de los padres con el recién nacido.
4. Desprendimiento de materiales: Ante las altas temperaturas a las que se ve sometido el biberón, podría producirse el desprendimiento de materiales, que podrían obstruir las vías respiratorias o la migración de productos tóxicos. La elección de productos de calidad, garantiza la seguridad en este sentido.
5. Ahogo por flujo excesivo de alimento.
Utilizar siempre este producto bajo supervisión de un adulto.
La succión continua y prolongada de fluidos puede causar caries.
Inspeccionar la tetina cuidadosamente antes de cada uso y tirar de ella en todas las direcciones. Desecharla al primer signo de deterioro o fragilidad.
Mantener fuera del alcance de los niñ os todos los componentes que no estén en uso.
No dejar la tetina en contacto directo con la luz solar u otras fuentes de calor como tampoco dejarla más tiempo del recomendado sumergida en solución esterilizante. Todo esto puede dañ ar la tetina.
Nunca utilizar las tetinas como chupete.
Comprobar siempre la temperatura del alimento antes de la toma.
CONSERVACIÓN Y CADUCIDAD
El término "limpieza" de la vajilla infantil no implica el mismo significado para todas las personas, por tanto, es conveniente realizar una serie de recomendaciones con el fin de alcanzar la misma rutina para todas las personas que atienden al lactante.
El proceso de limpieza debe constituir un hábito, una rutina diaria que debe realizarse siempre de la misma manera, de forma que independientemente de la persona que se encargue de la limpieza, el resultado sea óptimo y garantice la asepsia del material.
La limpieza de la vajilla infantil es fundamental, porque el organismo del lactante tiene una débil capacidad antigénica, de forma que una infección, tipo una gastroenteritis, puede tener consecuencias muy graves.
Todo el material que va a estar en contacto con el neonato, debe tener unas condiciones higiénicas óptimas.
- Antes de preparar el biberón, lavarse bien las manos, con jabón y secarlas con una toalla limpia.
- Hay que eliminar cualquier microorganismo hirviendo o utilizando los esterilizadores habituales.
Mientras el bebé es alimentado por su madre, la vigilancia de la higiene se reduce a los pocos artículos que pueda llegar a meterse en la boca, que son los dedos y el chupete, pero el paso a la lactancia artificial, sobre todo si es anterior a los 4 meses, implica, no sólo que se pierde el aporte de las defensas inmunitarias que contiene la leche de la madre, sino, y sobre todo, que se incorpora un factor de riesgo, porque un resto de leche caliente se convierte en un medio de cultivo bacteriano.
La rutina debe comenzar cuando termina una toma: "Después de cada toma, hay que lavar el biberón con abundante agua caliente, jabón y una escobilla".
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